El ambiente educativo de la Rep. Dom. y de gran parte del llamado tercer
mundo, ha cambiado radicalmente en las últimas tres (3) décadas, en
materia de interés por adquirir conocimiento y una la
buena formación académica . Sociólogos, educadores y políticos, han
procurados dar una explicación al fenómeno desde las perspectivas de su áreas
de especialización, pero, se percibe que solo se mueven en terreno teórico y
dejan fuera la dinámica cotidiana, donde nos encontramos con la lucha de
diferentes sectores, actuando como lo que son, grupos de interés que giran alrededor
de la actividad educativa.
En los años 70, fue notorio la flexibilización de Balaguer, al permitir que
grupos opositores, colocaran cuadros políticos importantes a la cabeza de los
distritos educativos, lo cual dio lugar a que se introdujeran en el sistema a
personas no preparadas y sin vocación, pero con fuerte vinculo político con el
partido opositor que controlaba esos distritos. La salida de maestro por
antigüedad en el servicio o por traslado a otra plaza (la mayoría con una
sólida formación como educadores), permitió llevar a las aulas a jóvenes y
adultos, cuyo único interés era el trabajo y la política. Luego vinieron los
acuerdos para remediar la situación, profesionalizando los bachilleres en
servicios (tarea de nunca terminar por el sistema de fichas utilizado en la
sustitución), aunque realmente su inclinación no era por la docencia.
Los años posteriores, han dado lugar a la búsqueda de soluciones
alternativas al problema creado, pero todas las recetas adoptadas han resultado
fallidas, y las consecuencias se están viendo en las generaciones de
profesionales que están saliendo a las calles. Gran parte de ellos con una
capacidad cuestionable y una voluntad tan baja para procurar superación que
entristece. El origen de esta situación la encontramos en el nivel básica y el
primer elemento negativo que se observa, es la mala práctica de anular las
pruebas evaluatorias en los primeros niveles de básica, hasta alcanzar el 4to
de primaria.
Nunca he visto un
estudio serio que demuestre el daño que ocasionó a los estudiantes de mi
generación o anteriores, el haberse sometidos a pruebas evaluatorias o los
denominados exámenes, ni recuerdo fuera necesario ponerlo en tratamiento con
expertos de la conducta. Creo que solo sirvió para dejarle claro que nada
resultaba fácil en la vida y que lo bueno había que ganarlo. El rigor y la
seriedad con que esos primeros maestros a sumían su rol de educadores,
posibilitó que el país contara con una educación de calidad y se formaran
buenos profesionales en las diversas aéreas del saber.
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