!Señora, señora!
!cuanto me alegro señora!
ser testigo en este instante
del aliento primaveral
y los aires de reina
propio de la medianía,
cuando el sol calienta
pero se soporta,
y no se extingue la llama
que con natural estimulo,
levanta su flama hasta lo más alto
haciendo evidente el aliento al vuelo
Me satisface aun mas señora
saber que al caer la tarde
o al despertar la aurora,
nadie ha dado cuenta
ni ha sugerido siquiera
marchara al galope otoñal
cabizbaja,
con su traje surcar estrella
camino a la distancia,
donde desaparece lo andado
y solo queda el aliento
de lo que se quiso ser
y el traje ajado de otra época
el que hicimos de ensueño
y adornamos de esperanzas
Es claro señora
que está presente en usted
el toque de las hadas
el aliento sagrado de vida
que aun no ha montado
en su brioso corcel
deshace tiempo
para emprender su andar
en la trayectoria del arcoíris
con pasos más ligeros
desandando caminos tejidos
con vestido otoñal
coloreado de esperanza
siguiendo extrañas orientaciones
trazada en un verano diferente
cuando no se espera
el disfrute de los vientos suave
cuando se siente en la fauces
del gélido invierno
que solo le permite reunir
o dispersar en el despacio
los recuerdos que un día
fueron vida
!Señora, señora!
se ha quedado en el andar
y en el tardío entender
que se han perdidos
aquellos toques
vitales para nuestro palpitar,
que ya no están con nosotros
porque se ha cerrado el ciclo
y solo permanecerán en
los recuerdos de aquellos
que nunca pudieron desanclarse
cuando fueron impactado
por esos atributos
que aun perviven en su memoria
adherido como la hiedra
para nunca desaparecer
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