Estos
inquietantes deseos nuestros
no
lo aquietarán largas oraciones
ni
el flagelo del látigo del tormento
en
ello no existe lo pecaminoso
y aunque
este cuerpo fuera azotado
el
sentimiento puro no conoce daño
ni
agravio que no pueda soportarse
solo
la distancia es un infierno
y
el tiempo de espera para verte
por
ello te guardo en mi memoria
y
te libero cuando está presente
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